"In concert", The Doors, 1991 (1969, 1970), Elektra


The Doors grabaron buena parte de sus conciertos de 1969 y 1970 con la idea de eventualmente armar un disco en vivo. Así, ese mismo año, en julio, fue publicado el doble "Absolutely live", en el que cada canción fue ensamblada en el estudio a partir de los mejores momentos de todo ese gran acervo de grabaciones, algo así como "el concierto definitivo" de la banda. Y, además, el lado C (o sea el A del disco 2) traía una performance completa de "The celebration of the lizard", el proyecto que iba a llenar uno de los lados de "Waiting for the sun" pero quedó abortado después de que la banda decidiera que no estaba haciendo progresos en su grabación (el impulso de armar una suite con partes tan diferenciadas no fue abandonado: es el germen de "The soft parade", del año siguiente). 
Las grabaciones no usadas quedaron archivadas hasta que, en 1983, fueron usadas algunas para el disco "Alive, she cried", que incluía el interés especial de "Gloria", un cover de otro Morrison no grabado por The Doors para sus álbumes de estudio; y, además, traía "Light my fire", ausente (extrañamente ausente) de "Absolutely live", y otros clásicos de la banda de los que no estaban disponibles versiones oficiales en vivo, entre ellos "Moonlight mile" y "Love me two times".
Después, en 1992, ambos álbumes fueron compilados como un CD doble, y para mi generación fue, qué duda cabe, un disco de importancia singular. De hecho, "Roadhouse blues" sonaba en nuestros oídos inseparable -pese a que la versión en vivo, armada con material del 1er show en New York del 17/1/1970, del show en Detroit del 8/5 y del 2o show de Boston del 10/4, es inferior en riquza sonora, naturalmente, a la de estudio- del anuncio de "From Los Angeles, California... The Doors!" que inauguraba el segundo CD. 
Para mí, más allá de la excelente versión de "The end" (tomada del concierto del 5/7/68 en el Hollwyood Bowl de Los Angeles) y de la memorable "Little red rooster" (cover de Willie Dixon ensamblado con las grabaciones de los dos shows de New York ya mencionados y con la armónica vuelta a grabar en el estudio), "In concert" fue el disco que me introdujo en el corazón de la mística de The Doors bajo la forma, imagen y sonido de "The celebration of the lizard", incluyendo su suerte de prólogo armado con la devastadora "Universal mind" y también "Petition the Lord with prayer", que luego abriría "The soft parade" (grabadas en el Aquarius de Los Angeles el 21/ 7/1969 y en New York en la fecha ya mencionada, respectivamente). La escucha de esta pieza única cambió mi vida: todavía hoy me estremece, por ejemplo, el ímpetu rimbaldiano de "The palace of exile" y sus versos finales ("Tomorrow we enter the town of my birth / I want to be ready") en la voz desganada, opaca y hermosísima del Morrison de esa noche.
Más recientemente todas esas grabaciones de 1970 fueron editadas bajo la forma de sus conciertos completos, y hay incluso un compilado excelente de lo mejor de esos shows (pero ofrecidos sin la técnica de reconstrucción en estudio o "recorto y pego"), "Bright midnight", de 2001, al que habría que pensar como el gran disco en vivo definitivo de The Doors". Pero antes de esa fecha -y de que, históricamente, el disco no tuvo ni el impacto ni la importancia que el anterior, al menos no aquí en Uruguay, al menos no para los pibes de clase media de mi edad, al menos no en las inmediaciones del Parque Posadas- "In concert" reinó indiscutido: ese, es decir, era el sonido de The Doors en vivo.

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