"Ex Eye", Ex Eye, 2017, Relapse Records


Cabe pensar que "jazz" y "metal" remiten a sensibilidades de alguna manera contrapuestas; será por eso que cuando se habla de una fussión entre ambos géneros yo me entusiasmo. Por supuesto, si el resultado compite con virtuosismo vacío con lo peor de Dream Theater o con una versión pesada de tantas bandas de jazz fusión rockerito de los setentas, la cosa se complica. Por suerte no es lo que pasa con Ex Eye, el álbum (y la banda del mismo nombre) del saxofonista Colin Stetson junto a Greg Fox, que a cada momento de sus cinco piezas mastodónticas se vuelve el equivalente de ponerse a merced de una tempestad de yunques. Dicho de otro modo: por suerte se prescindió de las sutilezas.
Eso no quiere decir que "Ex eye" plantee música básica y brutal, ni mucho menos: por el contrario, la propuesta, refinadísima, está más cerca del metal matemático a la Tool que de erupciones de noise aleatorio pautado por el doble bombo más infernal. Pero, claro, el noise es parte de la paleta: por saturación, por ejemplo, cuando el saxofón de Colin Stetson emite ciclos aceleradísimos de notas que terminan por convertirse en un aullido blackmetalero.
Nada en el disco parece autoindulgente; por el contrario, cada una de sus piezas se siente como una exploración, como una verdadera búsqueda a través de territorios hostiles. Por ejemplo, al final de "Opposition Perhielion" los efectos de sonido incorporados crean un paisaje sonoro desolador, como si se propusiera evocar los restos de una tormenta sobre un planeta desierto, precedido de casi seis minutos de una casacada de notas desde el saxo y un cinclo insistente reiterado en el bajo y la batería, junto a aullidos cuasihumanos completamente fantasmales.
El lado más dark ambient del disco puede verse al comienzo de "Anaitis Hymnal", que pronto va desintegrándose en una suerte de maelstrom sonoro; a la vez el momento más metalero y hasta riffero está en la pieza que abre el disco, "Xenolith", una magnífica introducción al proyecto y a la estética sin concesiones de los sonidos de Greg Fox, Colin Stetson (que toca saxofón alto y bajo) y Toby Summerfield (en la guitarra).

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